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Qué tienen en común un montón de leyendas, el color verde y una de las ciudades más bonitas de España? La respuesta está en el noroeste del país: Galicia, donde una vez los celtas, respaldados por el Océano Atlántico, mantuvieron alejados a los romanos y dejaron una huella indeleble.

En el corazón de este bellísimo paisaje de colinas, monaste- rios y pueblos minúsculos se encuentra Santiago de Compos- tela, una ciudad moderna, donde el pasado no se deja atrás tan fácilmente. Aquí la holandesa Marielle Saegaert disfruta alegre y plenamente de las callejuelas embrujadoras y de las plazas centenarias de la zona histórica de la ciudad, donde - al igual que los compostelanos - vive su día a día sin agenda. En estas calles, que nunca están totalmente vacías y donde las sombras tienen vida propia, Marielle se deja sorprender de nuevo cada día por el carácter indestructible del gallego, que siempre puede contar alguna historia bonita, y que sabe hacer de la necesidad una gran virtud.
Santiago de Compostela, ciudad atemporal, envuelta en un cielo no siempre azul. Aquí incluso la lluvia es bella.

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Qué tienen en común un montón de leyendas, el color verde y una de las ciudades más bonitas de España? La respuesta está en el noroeste del país: Galicia, donde una vez los celtas, respaldados por el Océano Atlántico, mantuvieron alejados a los romanos y dejaron una huella indeleble.

En el corazón de este bellísimo paisaje de colinas, monaste- rios y pueblos minúsculos se encuentra Santiago de Compos- tela, una ciudad moderna, donde el pasado no se deja atrás tan fácilmente. Aquí la holandesa Marielle Saegaert disfruta alegre y plenamente de las callejuelas embrujadoras y de las plazas centenarias de la zona histórica de la ciudad, donde - al igual que los compostelanos - vive su día a día sin agenda. En estas calles, que nunca están totalmente vacías y donde las sombras tienen vida propia, Marielle se deja sorprender de nuevo cada día por el carácter indestructible del gallego, que siempre puede contar alguna historia bonita, y que sabe hacer de la necesidad una gran virtud.
Santiago de Compostela, ciudad atemporal, envuelta en un cielo no siempre azul. Aquí incluso la lluvia es bella.

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